Peatonalización a golpe de jardinera
El Ayuntamiento recurre a estos elementos para bloquear el acceso de los coches al campus por la calle Cigüeña. Estudiantes universitarios ya están recogiendo firmas en contra, mientras que Ecologistas en Acción aplaude la medida

Carmen Sánchez / Logroño
El nuevo concepto de urbanismo llega a la calle Cigüeña de Logroño. Esto es, utilizar bloques de jardineras para consumar la peatonalización definitiva de esta vía a la altura del campus universitario, en el tramo comprendido entre las calles Luis de Ulloa y Piscinas, que el martes amanecía sin ningún tipo de restricción y la zona abierta a la circulación.
El Ayuntamiento de Logroño ha decidido recurrir a estos elementos del mobiliario urbano, que se colocaron en la mañana de este martes, después de comprobar que esta área recientemente peatonalizada no estaba siendo respetada por los ciudadanos, que estacionaban sus vehículos en los aparcamientos aún existentes en la calzada, e incluso lo hacían accediendo en dirección contraria.
Los elementos que hasta el lunes restringían la circulación eran unas vallas colocadas en los accesos, sobre las que se había colocado una señal que indicaba la prohibición de circular junto a un distintivo luminoso de color azul que se iluminaba de forma intermitente. Si bien, nada informaba al ciudadano de que era una nueva zona peatonal ni de las alternativas de acceso.
La peatonalización de este tramo de la calle Cigüeña, que es una vieja reivindicación de la Universidad de La Rioja (UR), se efectuó el pasado 4 de noviembre, con motivo de la II Semana de la Movilidad Sostenible. El tráfico también se restringió en las calles perimetrales Piscinas y San José de Calasanz hasta el día 8, ya que en estos tramos del campus se planteaba una zona peatonal provisional. No así en la calle Cigüeña, que sería definitiva tras esta fecha.
Lo que se pretendía con esta medida era pacificar el tráfico en el entorno del campus y fomentar entre los estudiantes el uso de medios de transporte alternativos al coche para acceder a la zona universitaria de la capital.
Pero la realidad es que en todo este tiempo la presencia de coches en la zona ha sido constante. Los ciudadanos llegaban incluso a retirar las vallas para estacionar. Por ello, el Consistorio ha decidido recurrir a las jardineras para bloquear el paso de los vehículos. De hecho, el martes por la mañana la calle estaba repleta de vehículos estacionados y solo por la tarde quedó prácticamente expedita.
Pasos a seguir
El Ayuntamiento no cuenta con un proyecto de urbanización propiamente dicho ni un plan específico para peatonalizar la zona del campus de forma paulatina. El planteamiento que sigue es: primero, cortar la calle al tráfico; después, pintar la calzada para señalizar el tramo como peatonal y, por último, y cuando exista partida presupuestaria, urbanizar el espacio.
Por el momento, la apertura del nuevo aparcamiento del edificio Vives pretende compensar, en parte, la eliminación de la totalidad de los aparcamientos de Cigüeña. Al otro parking próximo al campus, situado en el tramo final de esta calle junto al complejo recreativo Cantabria, solo se podrá acceder desde avenida de la Paz y la calle Valdelanas y no desde Cigüeña como hasta ahora.
Las reacciones
Las reacciones a esta medida no se han hecho esperar y ya hay estudiantes universitarios que están recogiendo firmas para oponerse a la peatonalización de este tramo de la calle Cigüeña, iniciativa de la que se ha desmarcado el Consejo de Estudiantes de la UR, en un comunicado, tras las acusaciones recibidas de haber sido el organismo promotor de esta campaña.
Pero también están organizaciones, como Ecologistas en Acción, que aplauden la iniciativa municipal y universitaria y cargan contra los que quieren ir «en dirección contraria y que por la incomodidad de tener que caminar de tres a cinco minutos, se oponen al poner su granito de arena en la lucha contra el cambio climático».
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