«La democracia le ha venido estupendamente a Logroño»
Alcaldes desde 1979 resaltan el cambio radical que ha experimentado la capital, cuyas corporaciones han respetado una línea de continuidad y han trabajado con «justicia, seriedad y equidad»

Feli Agustín / Logroño
Fue el primero y el único que faltaba, pero estuvo muy presente. Miguel Ángel Marín, alcalde de Logroño de 1979 a 1983, fallecido en 2013, no permaneció ajeno al encuentro que mantuvieron los alcaldes de Logroño de la época democrática al cumplirse ayer, 3 de abril, 40 años de las primeras elecciones municipales. Sus sucesores, Manuel Sáinz, José Luis Bermejo, Julio Revuelta, Tomás Santos y Cuca Gamarra recordaron que fue Marín el encargado de poner en marcha un nuevo ayuntamiento, «en sus versión más radical de la democracia», tras unos comicios que abrieron un nuevo tiempo de diálogo y participación y supusieron un motor del cambio social.
Y es que los cinco coincidieron en que la democracia «le ha venido estupendamente» a Logroño que, resaltó Manuel Sáinz, alcalde durante tres legislaturas, (1983-1995), ha experimentado un cambio radical; es más, entiende que el avance que ha experimentado la ciudad en estos 40 años ha sido más profundo que lo que cabría pensar por el tiempo transcurrido.
Definió su mandato como el de la modernización, que vio crecer a Duques de Nájera, «Jesuitas estaba en un descampado», recordó Revuelta; solo había dos parques -Gallarza y la Glorieta- y existía el Ebro chiquito. «Había que ensayarlo todo, había más romanticismo e ilusión que conocimiento», recordó el primer alcalde socialista, quien resaltó la «magnífica» relación entre todos los concejales para lograr superar «las lagunas».
Su sucesor, José Luis Bermejo, que ocupó la Alcaldía de 1995 a 2000, coincidió en que «todos juntos tiraban del mismo carro», a pesar de que «no había dinero», pues el presupuesto municipal ascendía entonces a 900 millones de pesetas. «No teníamos ni idea, íbamos como pardillos», bromeó Bermejo que, no obstante, destacó que comenzaron a llegar a la Corporación personas que «sabían lo que decían y hacían», como Julio Revuelta y Conrado Escobar. Además, recordó la gran participación ciudadana y el avance cultural, social o político.
El gran salto
El milenio lo inauguró al frente de la Alcaldía Julio Revuelta, que mantuvo el puesto hasta 2007, la época donde, resaltó, la ciudad paso de contar con 100.000 a 130.000, el 90% provenientes de la inmigración, los «nuevos logroñeses». En este tiempo, Logroño duplicó su superficie, asistió al nacimiento de los nuevos barrios y grandes obras, y «nuevas exigencias», como zonas deportivas o verdes. «En cada momento, todas las Corporaciones han hecho lo que la ciudad requería, con ilusión y trabajo», resaltó Revuelta, quien además señaló que se construyeron alrededor de 600 VPOs al año.
El predecesor de la actual alcaldesa, Tomás Santos (2007-2011), nacido en la calle Mayor, guarda grato recuerdo de su paso por la Alcaldía -a la que llegó con el apoyo del PR- y considera sus principales logros los avances sociales y la continuación de grandes proyectos, como el Parque del Ebro o el soterramiento. De hecho, entiende que este es uno de los principales méritos de todas las corporaciones, que han trabajado con «justicia, seriedad y equidad».
La alcaldesa, que lo será hasta el 15 de junio, coincidió con Santos y ensalzó la labor de los funcionarios, al tiempo que consideró el acto de ayer «un ejemplo de democracia y de convivencia, como Logroño se merece».
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